martes, 28 de abril de 2015

Artemisia II, la del Mausoleo



En la Antigüedad, hubo dos famosas Artemisias, aparte de la diosa del mismo nombre. Ambas gobernaron el mismo reino y fueron admiradas por los griegos, pese a ser extranjeras y, sobre todo, mujeres.

Hoy les voy a hablar de la segunda, la viuda más famosa de la Grecia Antigua.

martes, 21 de abril de 2015

Siete siglos de combates sobre la arena

Un deporte no puede considerarse genuinamente romano si no implica desafiar a la muerte. Los desenlaces fatales no escaseaban en las carreras de carros y en los combates gladiatorios, pero no era el derramamiento de sangre lo que enardecía al público. Lo que realmente provocaba el delirio de las masas que se agolpaban en circos y anfiteatros era la demostración de destreza, valor, fuerza y resistencia de los contendientes.

El fervor de los seguidores -el mismo que actualmente lleva a toreros y motociclistas a arriesgar un poco más para demostrar que se puede coquetear con lo imposible y resultar victorioso, que es posible apostarlo todo contra la parca y salir indemne- es lo que alentaba el espectáculo. El sacrificio de vidas en pos del entretenimiento colectivo fue un elemento de intensidad variable a lo largo de los siglos durante los que se practicó la gladiatura. Alfonso Mañas, autor de "Gladiadores: el gran espectáculo de Roma", repasa para Tábula la historia del deporte que más pasiones levantó en la antigua Roma.

miércoles, 15 de abril de 2015

martes, 7 de abril de 2015

¡Mi mujer me engaña con un gladiador!

Autor: José-Domingo Rodríguez Martín

 –¡Catón tenía razón, vaya si la tenía!– gritaba Palante dando golpes con su jarra vacía en la barra de la taberna. –¡"En cuanto permitáis que las mujeres comiencen a ser vuestras iguales, en ese mismo momento se convertirán en vuestras superiores..."! ¡Si Catón levantara la cabeza...!
–Chsst, baja la voz, Palante, nos está mirando todo el mundo en el local– le decía su amigo el senador Sorano, mirando nervioso a su alrededor –y tu comportamiento no es adecuado, siendo como eres liberto del Emperador Claudio.